El vino que viene por culpa de la crisis es joven, aromático pero no muy afrutado y fácil de beber se rechazan los vinos con mucho roble o aquellos que sin tocar barril se denominan "sopas de roble" , se denota un cansancio a los vinos con abundancia de frutos en boca o llamados "bombas de fruta”.
Los vinos que se buscan son los vinos placenteros, que invitan a tomar una segunda copa, este perfil se van imponiendo sin la menor duda. En lo que se refiere al precio precio la gente ya no compra por encima de los 13 a 15 usd además, se asegura la buena bodega y las DO ya sean tradicionales o autóctonas. Se intenta buscar una personalidad acusada del vino, aun sin una perfección técnica que lo haga similar a otros, estos son los valores en alza de un cliente cada vez mejor informados. RAMON FREIXA
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