La clasificación de las añadas son un engañabobos. Saben bien que, salvo en denominaciones de origen de dimensiones muy reducidas es imposible dar un calificativo único a la calidad de una añada, ya que las condiciones climáticas suelen ser muy diferentes en cuanto se amplía la distancia. Y en España casi todas las denominaciones son lo bastante grandes como para que haya una unidad apreciable de condiciones de cada añada.
Por tanto decir que una añada de Rioja o Ribera del Duero ha sido Buena o Muy Buena es una solemne mentira.
Asi que las famosas tablas de añadas pueden ir pasando a la historia y sus jurados pueden seguir representando "el retablo de las Maravillas" de Miguel de Cervantes.
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